Siempre pasa que algún conocido o familiar ocupa algunos donadores de sangre y como todo «buen samaritano» vas con toda la voluntad del mundo para hacer esta buena obra pero, ¿qué suele pasar cuando van a donar sangre?

Autoestima

Según algunos psicólogos el hecho de donar sangre eleva muchísimo tu autoestima pues el ayudar para salvar la vida de alguien te hace meramente feliz, o sea eleva un poquitín tu ego.

Desmayo

Por más que tengas una gran voluntad para donar sangre si tu cuerpo siente que el volumen de sangre baja más de lo normal baja tu presión arterial, te sientes mareado y hasta puedes llegar hasta el piso.

Conflictos internos

Cuando alguien necesita cierto tipo de sangre y sólo tú lo posees puede crearte un conflicto emocional porque por un lado solo tú puedes salvarlo pero a la vez le temes a las agujas he ahí el dilema, entre tu interés y el poder ayudar.

No puedes donar sangre

Y esto es un factor muy común a la hora de hacer una donación de sangre, una puede ser que estas desnutrido y por ende a tu sangre le hacen falta nutrientes, estás embarazada o tienes el antecedente de alguna enfermedad o por azares del destino no ha pasado el tiempo recomendado desde tu último tatuaje.

Generosidad y empatía

Cuando haces alguna donación de sangre puedes contagiar de buena vibra a los que están a tu alrededor, pues con el solo hecho de mencionarlo ya estás generando esa empatía y el paciente puede conseguir más donantes.

Así que anímense que últimamente se ha ocupado de mucha gente buena en la ciudad y apoyen aunque sea con un «chorrito»