El Centro Cultural Toma de Zacatecas, inaugurado el 11 de septiembre de 2016, fue calificado como el monumento “a la corrupción, a la colusión y a la impunidad”.
Puesto en marcha el último día del gobierno de Miguel Alonso Reyes, en este espacio solo se realizó un concierto, el inaugural, con la cantante Dulce.
“Está lloviendo aquí adentro”, fue la frase que utilizó la intérprete al percatarse de las goteras que tenía el edificio.
Ernesto González Romo, secretario de la Función Pública (SFPZ), detalló que esta obra costó 404 millones de pesos.
A la actualización, “estamos en condiciones de decirles que a valor actual esta obra tendría un costo de 1 mil 230 millones de pesos”.
Y es que las goteras se generaron porque no se pudo colocar el entortado final en el techo del edificio.
“La estructura no soportaría el peso del materia que se colocaría encima de ellos”.
“Pero tampoco se devolvió el dinero; los 9 millones que se pagaron por esa obra jamás regresaron”.
Fondo moche
Explicó que la mayoría de los recursos con los que se construyó el Centro Cultural provenían del Fondo 23, también conocido como fondo moche.
El dinero proveniente de ese fondo era usado para la gestión de diputadas y diputados federales de todo el país.
“Los recursos se presupuestaban sin proyecto, sin viabilidad técnica; simple y sencillamente se etiquetaban como primera, segunda o tercer etapa, dependiendo de los acuerdos políticos”, dijo.
El resto del recurso, 67 millones de pesos, fueron tomados del presupuesto estatal, incluido el Impuesto sobre Infraestructura.
“Es el mayor Monumento a la impunidad que hayamos visto en Zacatecas, por todas las irregularidades en materia de construcción y adquisiciones; por todas las irregularidades en materia de entrega de obra pública; por todos los errores que se cometieron en la planeación y ejecución de esta obra”.
A pesar de todo el dispendio, González Romo confirmó que todos los delitos que se pudieron cometer para la construcción de este edificio, prescribieron.
