Originalmente el cambio de horario era para aprovechar las horas de luz natural, pero si algo hemos visto con el paso de los años, es que el atrasar y adelantar los relojes tiene cierta repercusión en nuestra vida diaria y en nuestro cuerpo, ya que para empezar, hay que acostumbrarse (otra vez) a un nuevo horario.
¿Alguna vez escuchaste del Jet Lag?
Ese que te afecta cuando viajas en avión, ya que al salir pueden ser las 7 de la noche y en el lugar de aterrizaje a tu llegada son las 12.
Pues algo parecido ocurre, ya que tu cuerpo se acuesta en un horario y de repente se levanta en otro, y aunque este cambio se lleva en fin de semana hay un porcentaje de la población que tarda en acostumbrarse y sufre fatiga y sueño.
Con los niños es mas complicado pues ellos se encontrarán confundidos con las horas.
En cuanto a su idea principal de ahorrar energía, este no pasa, ya que el consumo que se ahorra en la mañana lo compensamos en las tardes, por lo cual realmente no existe.
Así que realmente, el cambio de horario se ha vuelto una costumbre más.
