Entrar a celebrar el Día de la Familia este domingo al parque La Encantada fue como regresar en el tiempo, ir hasta la era medieval, entre castillos, dragones, caballos, princesas y armaduras.
“Había una vez un lugar encantado, un parque donde las familias del reinopaseaban entre bosques y castillos, que eran habitados por místicos animales y grandes personajes de historias épicas. Las minas y el gran lago del reino brindaban mágicos atardeceres y sus paisajes escondían tesoros únicos, que daban a sus habitantes momentos de bienestar.
“El Día de la Familia era un gran evento esperado por todas y todos, un momento
de celebración que generaba grandes recuerdos y experiencias que perduraban por
siempre”, decía un letrero que daba la bienvenida a la gente.
De pronto, ataviada en un largo vestido verde, hizo su ingreso la Presidenta del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF), Sara Hernández de Monreal, quien, a su paso, coronaba a los reyes de la tarde, a todos los niños que se acercaban y se inclinaban frente a ella.
El cartel del festival anunciaba un día repleto de aventuras en medio del lema “2025
Año del Bienestar”, mientras un dragón verde, guardián de la celebración,
custodiaba el título del Festival Medieval Día de la Familia, rodeado de pendones
que en un círculo rosa decían “Estar Bien en Familia”, lo que sellaba la promesa de
un evento tejido con amor.
En el Día de la Familia, Zacatecas transformó su rostro de cantera rosa por el de un
reino de cuento; en cada rincón del parque, familias enteras se envolvieron de la
experiencia medieval; participaban en talleres interactivos, coloreaban castillos y
escudos, recibían varitas mágicas, entraban a las tiendas para que una adivina les
leyera el futuro, mientras otros perseguían al dragón para reventarle un globo y
obtener un premio.

Los gritos y las risas al por mayor de niñas y niños fueron el reflejo de la alegría, de
un estallido de amor fraterno que propiciaba la convivencia familiar.
Todos esbozaban una sonrisa tras ver sus rostros adornados con pinturas, los
brincolines vibraron con saltos entusiastas, mientras caballetes y papeles en blanco
aguardaban las pinceladas de creatividad.
No faltaron los juegos tradicionales, como la lotería de valores, con su canto
pausado que develaba la carta de “la paz, la paloma”, etcétera, mientras en otro
escenario tiraban al blanco con dardos.
Los juglares contaban sus historias a los asistentes que, atentos escuchaban y
reían, mientras, para los menores más audaces, la tirolesa los llevó a surcar el cielo.
Un castillo, símbolo de la jornada, se alzó majestuoso, rodeado por un área donde
el arte circense desplegó su gracia: malabares, gente en zancos y elfos
encabezaron el recorrido, al ritmo de las notas de la Banda Sinfónica de Guadalupe.
El espacio de La Encantada se convirtió en un reino vivo de caballeros, princesas y
trovadores, con el aire vibrando al son de las risas y la música. Todo se llenó de
colores, trajes de época y actividades que tejieron la alegría comunitaria.
El día cerró con broche de oro con la rifa de un automóvil, que por sorteo se lo ganó
la familia Ornelas Flores, quien se llevó un vehículo de la marca Volkswagen, tipo
Vento, de color blanco, donado por la empresa Deral; pero, más allá de todo, los
asistentes comprendieron que el gran premio fue reunirse en familia para disfrutar
este evento especial.







