La violencia laboral que ejercen los funcionarios del ayuntamiento capitalino es tal, que los han empezado a clasificar de acuerdo a sus preferencias políticas.
Así, los simpatizantes de Morena son apodados “los chairos”; quienes tienen alguna relación con el PVEM son “los verdes”.
Y hay una tercera clasificación: aquellos que participaron en la pasada administración municipal bajo las órdenes de Jorge Miranda Castro.
Ellos son “los mirandistas”.
El diputado local Santos Antonio González Huerta afirmó que desde el 17 de septiembre inició esta segregación al interior del ayuntamiento capitalino,
“De entrada, el reloj checador -casualmente- dejó de funcionar”.
Posteriormente, aseveró que personas que se identificaron como funcionarios del ayuntamiento capitalino empezaron a correr un rumor: habría despidos masivos.
A esto siguió la segregación y clasificación de los trabajadores que prestan su servicio en el ayuntamiento desde hace más de una década.
“Hay personas que tienen 15 años, 12 años, 10 años; ¿qué tienen que ver ellos con la pasada administración? ¿por qué se les persigue si tienen tanta antigüedad, si tienen tantos años dándole su respaldo a la institución?”.
Amenaza directa
El legislador de Morena denunció que a partir de que anunció que respaldaría a los trabajadores de la capital del estado, recibió advertencias para que no se involucrara.
“Ayer, en cuanto lanzamos la convocatoria de la rueda de prensa, de inmediato me llegaron audios de emisarios del presidente advirtiendo que no me atreviera a hablar por los trabajadores; que no me metiera, que no era una lucha que me correspondía”.
Incluso, se le impidió acceder a las instalaciones de la presidencia municipal.
En el caso de los trabajadores municipales, el trato que se les da configura el acoso laboral, que lo contempla la Ley Federal del Trabajo.
“Y la discriminación, en el propio artículo 1 de la Constitución”.
Añadió que son más de 100 los casos de personas que están recibiendo este trato, que han despedido injustificadamente y que ya les retienen el salario.
“Y no es justo que se haga esto solo porque quieras llenar algunos espacios con gente del sur del estado que te ha ayudado. Eso no debe ser”.
