Su padre sufre de Alzheimer y saber que estaría solo en el asilo no la dejaba tranquila. Tras ser despedida aprovechó la oportunidad de postular en el hogar de ancianos para así poder verlo trabajando tres turnos a la semana.
Ante la actual pandemia por COVID-19 y las restricciones sanitarias, hemos visto hermosas historias sobre cómo familiares han hecho lo imposible por seguir viéndose a pesar de las restricciones de sanidad, pero siempre respetándolas. Historias como la de la abuelita que se mudó a un hogar de ancianos para quedarse junto a su esposo que padecía Alzheimer. Sin embargo, hay situaciones en que los hijos tampoco soportan esta separación y saben que sus padres los necesitan, por lo que son capaces de cambiar sus estilos de vida.
Nina Ambrose es una mujer de Inglaterra que la situación de cuarentena la golpeó sumamente fuerte según cuenta al Daily Mail. Su padre Roger padece de Alzheimer y vive en un asilo de ancianos la noticia de que estaría aislado por un largo tiempo la dejó sin poder siquiera dormir tranquila por las noches.
Además Nina fue despedida de su empleo, dos noticias graves pero que serían la oportunidad para abrirle un nuevo camino al saber que podía postularse como voluntaria en el hogar donde estaba su padre.
Fue así que Nina se preparó y desde abril ha estado tomando tres turnos a la semana en el hogar de ancianos de Chelmsford, lugar en que además de ver a su padre puede ir verificando el estado de su salud mental que se ha deteriorado a sus 77 años.
Roger se desempeñó en su vida como conductor de camiones hasta que el Alzheimer lo inhabilitó de toda actividad. Estos últimos seis meses de encierro le han significado un grave avance por lo que Nina ha intentado hacer lo que ha tenido en sus manos con tal de ofrecerle nuevas rutinas.
Nina asegura ser inseparable junto a su padre y que no concibe una vida sin él, es más, dice que la vida en el hogar de ancianos le ha hecho replantearse su carrera profesional.
La mujer de 49 años ya piensa enfocar su vida trabajando para el asilo, pues ha creado un fuerte lazo con la gente y con el sentido de responsabilidad que significa mantener en los otros una vejez sana.