Desde 1991, Guanajuato es gobernado por el Partido Acción Nacional.
El PAN aprovechó el momentum que vivió México y negocio con el PRI la validación del triunfo de Carlos Salinas de Gortari en 1988.
Pasó de ser el Gran Partido Opositor en México al apéndice del Revolucionario Institucional.
En ese contexto, la llegada del PAN a la gubernatura de Guanajuato está íntimamente ligada a la astucia política de Vicente Fox Quezada.
El gerente de Coca Cola era diputado federal desde 1988.
La elección en Guanajuto de 1991 eran una buena oportunidad para La Zorra de gobernar su estado.
El PRI postuló a el ex regente del Distrito Federal, Ramón Aguirre Velázquez.
A pesar de se guanajuatense, no contaba con el arraigo político necesario en su tierra.
El PRD mando a la batalla electoral a Porfirio Muñoz Ledo.
El perredista excusó Ius Sanguinis para contender en esa entidad, a pesar de que nació en la capital del país.
El PRI obtuvo el triunfo con un 53 por ciento de la votación emitida; sin embargo, La Zorra acusó fraude y llamó a la resistencia civil (¿suena conocida al estrategia?).
Lo que ocurría en Guanajuato le permitió al PAN emitir una nueva factura por el apoyo otorgado en 1988.
Ramón Aguirre desistió de tomar posesión y asumió la gubernatura el alcalde de León, Carlos Medina Plascencia.
Ahora, León podría ser el Waterloo del panismo guanajuatense.
De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), casi el 50 por ciento de los guanajuatenses viven en pobreza extrema.
De hecho, fue la pandemia la que exacerbó las desigualdades además de que existen estructuras sociales que aumentan la injusticia.
Las carencias que colocan a la población en pobreza extrema en Guanajuato están relacionadas al rezago educativo, acceso a servicios de salud y seguridad social.
Y León, la cuna de los gobiernos panistas del siglo 20, es el epicentro de todas esas deficiencias.
Con una población de casi dos millones de habitantes -según el Censo 2020- el Coneval advierte que los pobres en León suman 816 mil 934.
Mientras que quienes están en pobreza extrema son más de 115 mil personas en todo el municipio.
Así que, quienes felicitan a Noemí Luna por su arribo a la Secretaría General del PAN, deberían de pensarlo dos veces.
Su legado como operadora de la elección podría ser el perder el mayor bastión del panismo en el país.
