Alicia Moreno vive en el centro de la capital del estado.
De las dos habitaciones que componen su vivienda, la televisión de 14 pulgadas se encuentra ubicada estratégicamente en una esquina por lo que se puede ver desde cualquier lugar de la casa.
A sus 75 años vive sola –enviudó hace más de 15 años- y no tiene para comprar una nueva televisión ya que se sostiene de la venta de dulces afuera de su casa; el “apagón analógico” la dejará sin su única compañía… Y el apagón, está más cerca que nunca.
De acuerdo al calendario del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la capital del estado quedará sin señal analógica el próximo 30 de noviembre, un mes antes que todo el país.
Para ello, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y de Desarrollo Social (Sedesol) han entregado en la entidad 177 mil 51 pantallas a igual número de familias, de acuerdo a un reporte emitido el 7 de noviembre del presente año.
De éstas, el municipio de Fresnillo ha sido el más beneficiado ya que se han destinado 25 mil 800 unidades a igual número de familias que habitan en ese municipio.
Por el contrario, y a pesar del número de habitantes, Guadalupe es el municipio menos beneficiado con este programa ya que, de acuerdo con el mismo documento, sólo 14 familias han sido beneficiadas con este programa.
Todos estas familias beneficiadas se encuentran dentro del Programa TDT, que entrega pantallas a hogares de escasos recursos.
Los hogares de escasos recursos son definidos por la Sedesol considerando varios de sus programas. Éstos son: Prospera, Apoyo Alimentario, Estancias Infantiles, Adultos Mayores, Abasto Social de Leche (Liconsa), Desarrollo de Zonas Prioritarias, Empleo Temporal, Jornaleros Agrícolas, Opciones Productivas, Fonart, 3X1 para Migrantes y Seguro de Vida para Jefas de Familia.
Los beneficiarios del Programa TDT reciben en sus hogares, por parte de personal autorizado por la Sedesol, una notificación que les anuncia que recibirán un televisor digital por parte del gobierno federal.
Pero Alicia no se encuentra en ninguno de estos programas así que no está asegura de qué hacer ya que no podrá ver la televisión.
Me dijeron que comprará un aparatito para que pueda seguir viendo mi novela.
Por eso, ya ahorra para juntar 150 pesos que le permitan comprar el adaptador que le permita seguir usando su televisión, comprada en 1992.
Esto implicará un gasto extra que desequilibra su economía; pero para ella, es un gasto necesario.
Anahí Encina/Franzely Reyna/Isaías León