Viviana Rocco es fotógrafa, artista visual, activista, modelo, actriz y mujer trans. Como retratista, su interés se encuentra en darles voz a las personas que son minoría. Desde la ropa hasta el escenario llevan su sello personal. Sin embargo, no espera nada a cambio, dice que todo lo hace por pasión, porque la cámara es su mejor medio de expresión.
La mejor obra de Ulises Zúñiga es Viviana Rocco. El mejor lienzo del artista es Viviana Rocco. La belleza de la mujer está en Viviana Rocco. Viviana, y nadie más que Viviana, es siempre el principio y el final de la historia de un niño que le aprendió todo a la abuela.
El peinado, el depilado de cejas, los labios rojos, el olor a jazmines, la pulcritud del planchado de falda, el caminar sobre tacones, la forma en que se coloca la bolsa de charol, los movimientos de manos al hablar, la forma en sonreír y hasta cómo sostener la taza de té. Su abuela, Guadalupe, fue la investigación de campo más profunda y exhaustiva que de pequeño Ulises realizó para darle vida a Viviana, nombre que eligió por aquella telenovela que interpretó la actriz mexicana Lucía Méndez.
–En esa época que tomé conciencia de que quería ser así. ¡Hasta tuve al Jorge Armando!… Bueno, mi hombre se llamó Jorge Luis–, bromea al recordar el nombre del galán de aquel drama de amor en 1978.
Sin embargo, el temperamento machista de Jorge Luis complicó la historia de amor. Cuando el romance terminó, Viviana se encargó de lamerse las heridas que dejó aquella relación, y como toda buena mujer, se juró jamás tropezar con la misma piedra.
Porque ni las mujeres trans son inmunes a tomarle gusto a la caída, sin embargo, Viviana prefirió meterse esa misma piedra en el bolso y sacarla cuando sea necesario ser torpe: “Se tiene la idea errónea de que por ser mujer se tiene que aguantar golpes, insultos y humillaciones. Lo perdí todo, pero supe levantarme y renacer como el Ave Fénix”.
