Lo permita el clima o no, a las 8 de la mañana, Aída Luévano Medina junto con un grupo de 70 personas, inician su rutina de ejercicios.
Lo permita el clima o no porque su espacio para ejercitarse se encuentra dentro del parque Arroyo de la Plata.
Para Aída, todo empieza en el año 2011 cuando se le invitó a participar en el programa de espacios activos, impulsado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) para impartir -gratuitamente- rutinas de actividad física y fundamentos deportivos en forma regular.
Una vez que el programa concluye, se dio cuenta de la importancia de abandonar el sedentarismo y se propuso aportar su granito de arena en la lucha contra la obesidad en el país.
El gusto por el deporte y el ejercicio lo heredo de su padre quien, junto con sus hermanas, apoyaban a su padre en esta dinámica.
Más tarde sería su hermana mayor quien la impulsaría pues la apoyo dándole trabajo en su gimnasio y pagándole algunos talleres para que pudiera certificarse.
Ya con las certificaciones en la mano y después de la experiencia con la Conade, decidió quedarse para dar entrenamiento funcional, cardio, tae bo y baile a personas que no contaran con recursos para pagar un gimnasio.
Sin embargo, fue «la misma gente quien decidió la cantidad para apoyarme» explicó la instructora de activación física; ahora, la clase tiene un costo de 10 pesos y para quienes se obligan a ir de lunes a viernes, pagan 30 pesos.