Ramiro siempre fue un hombre “muy masculino”.
Sus gustos eran los que la sociedad impone para los “machos”.
Sin embargo, miraba a los chicos de una manera diferente.
Desde temprana edad conoció la vida nocturna y su admiración por las Drag Queens; aclara que nunca tuvo inclinación por las “vestidas”, pues pensaba que no tenían parecido a quienes imitaban y carecían de personalidad.
Sin embargo, a los 18 años asistió a un show donde un hombre portaba un vestido de novia, botas de plataforma y un escote pronunciado y entonces pensó: “yo no me quiero vestir de mujer, yo quiero ser eso tan espectacular”.
Gracias a este espectáculo se introdujo en el mundo de Drag Queen.
Sin embargo, antes de ser una “reina”, tuvo que alimentarse por eso, a través de tutoriales por internet aprendió a ser estilista… además del talento natural que tenía para este oficio.
Ya con un oficio que le deja dinero, se concentra en el transformismo y a todo este mundo tan peculiar de donde surge no un concepto, sino un estilo de vida.
Madame Extravaganza nació hace 2 años al participar en un concurso de Drag Queen; quedó en segundo lugar y estuvo a punto de tirar la toalla y dejar todo a un lado para continuar con su oficio; sin embargo, al darse cuenta del talento que tiene para el arte del maquillaje y la transformación se ha dedicado a los presentaciones personales y a ser juez de cuanto certamen se realiza.
El mundo gay de Zacatecas lo hizo sentir aún más aceptado desde que salió a la luz Madame Extravaganza; ahora es todo un personaje en el estado.
“Como Ramiro yo sentía que no era nadie” pero, de acuerdo a su versión, para poder sobrellevar estas circunstancias optaba por ignorar todo a su alrededor; pero poco a poco todo fue cambiando para él.
Extravaganza y Ramiro son quien quieren ser; eso tienen en común. “El único que puede ponerme limites soy yo”.
Las satisfacciones no pueden ser medidas ni económicas ni personales; siente que su personaje es su alter ego y una manera de escapar.
Ramiro tiene proyectos para la ciudad de Guadalajara, llevará a Madame Extravanza para moverla en el ambiente gay de aquellas tierras a pesar de que está consciente de la gran competencia que enfrenta por la apertura y la liberación que hay en esa ciudad.
“Creo que yo no tengo competencia. Mi única competencia soy yo mismo… no se debe tener miedo para estar en este mundo pues siempre habrá quien critique”.