Me declaré bisexual a los 14 años, inspirado por una búsqueda en Google. En ese momento, no había muchos bisexuales accesibles y abiertamente visibles. Si buscabas en Google «bisexualidad», te salían artículos académicos, llenos de definiciones científicas, o pornografía.
Mientras que descubrir pornografía fue sensacional para un adolescente hormonal, encontrar la palabra bisexual fue lo que realmente cambió mi vida. Para mí tenía sentido. Me sentía romántica y sexualmente atraído a más de un sexo. Antes de ese momento, pensé que todo el mundo experimentaba su sexualidad como yo. Ingenuamente, pensé que a cierta edad habría un sombrero seleccionador como el de Harry Potter que me diría si había aterrizado en la casa «heterosexual» o en la casa «gay».
Pero aterricé, e hice campamento, en la casa bisexual, pero a pesar de mi residencia permanente, la gente sigue tratando de desalojarme. Mis amigos cercanos me han preguntado si «ya soy abiertamente gay». Para muchos, mi bisexualidad significa que he estado en una «fase» de diez años de duración, es un error que presenta a mi sexualidad como menos legítima que otras sexualidades.
Los bisexuales están plagados de grupos que los intentan borrar; por ejemplo, nos dicen que nuestras identidades son una fase. Una periodista de Vogue cuestionó la bisexualidad de la modelo -ahora actriz- Cara Delevingne, quien sugirió que estaba pasando por una fase con las mujeres. (No parece existir la fama suficiente para protegerte de la ignorancia que le sigue a la bisexualidad).
Decir que la sexualidad es una fase no es el único error molesto al que nos enfrentamos. Los bisexuales son estereotipados como infieles, con falta de compromiso, y excesivamente sexualizados. Las mujeres bisexuales son caricaturizadas como demandantes de atención, mientras que se asume que los hombres bisexuales, por el contrario, realmente son gays y no pueden salir «plenamente» del clóset. La cantidad de ignorancia que hay en torno a la bisexualidad es curiosa siendo que formamos la mayor parte de la comunidad LGBT. Las estadísticas muestran que, en los Estados Unidos, 2/3 de las mujeres LGBT son bisexuales y un tercio de los hombres LGBT son bisexuales… Sin embargo, hay una falta de conocimiento básico, y aceptación de la bisexualidad -y nos está perjudicando.
La capacidad de sentirte atraído por alguien de distinto sexo lleva a la gente a pensar que los bisexuales no son lo suficientemente «queer» como para formar parte de la comunidad LGBT. Más aún, cuando los bisexuales están en una relación con alguien de sexo diferente, parece ser una relación tradicional y heterosexual. Sin embargo, decir que los bisexuales tienen un tipo de «privilegio heterosexual» es una denominación errónea -aparentar no es un privilegio. Ese «privilegio» solo ayuda a promover la invisibilidad y no ayuda a disipar cualquiera de los conceptos erróneos a los que nos enfrentamos.
El otro problema para los bisexuales es que nos enfrentamos a la especulación sobre nuestras identidades tanto de la comunidad gay como de la heterosexual. La comunidad gay y lesbiana puede llegar a ser tan prejuiciosa (si no es que más) en contra de los bisexuales. La bisexualidad pone en jaque una narrativa que dice que la sexualidad es homosexual o heterosexual, porque dice que te pueden atraer romántica sexualmente los hombres, las mujeres, y todos los demás. La idea de que la bisexualidad es una fase tiene sus raíces en esta narrativa binaria.
Los mismos conceptos erróneos que los bisexuales enfrentan en público, los enfrentan con los proveedores de salud. La comunidad bisexual tiene frecuentemente los rangos dispares más altos de salud que nuestras contrapartes gays y heterosexuales. Muchas de estas disparidades se pueden establecer claramente en el cómo nuestros proveedores de salud manejan nuestra sexualidad. En un estudio reciente, llevado a cabo por investigadores deEquality Network en Reino Unido, se encontró que casi la mitad de los bisexuales se han enfrentado a comentarios bifóbicos al acceder a los servicios de salud. Estudios similares han dicho lo mismo de los servicios de salud en los Estados Unidos.
Las personas, incluyendo a los médicos, que creen que la bisexualidad es una fase, simplemente no van a tomar nuestros problemas de salud en serio. Las mujeres bisexuales se enfrentan a altas tasas de violencia doméstica, los hombres bisexuales se enfrentan a altas tasas de contraer infecciones de transmisión sexual (debido a la bifobia en espacios de salud); los bisexuales son más propensos a involucrarse con el abuso de sustancias y tienen una gran variedad de problemas de salud mental. Claramente, reconocer y aprender sobre la bisexualidad es increíblemente importante. Personalmente espero que esa educación tenga prioridad, no solo para eliminar los comentarios que tratan de deslegitimar la bisexualidad, sino también para trabajar en poner fin a los diversos problemas de salud de los bisexuales. Decir que la «bisexualidad es una fase» es una idea errónea que está presente en las experiencias cotidianas de los bisexuales. Borra mi existencia y la de otros millones de bisexuales, convirtiéndonos en una minoría invisible. Mi sexualidad es válida y perpetuar este error no solo es un insulto, es perjudicial en formas muy tangibles.
