Nadie podrá decir que no lo intentaron.
Pero es probable que el frente legislativo que se anuncia sea derrotado.
Y por supuesto que no será por falta de entusiamo.
Como en los años 70 y 80, la política económica del país se define en Palacio Nacional.
Y desde el vetusto edificio se emitió ya una indicación en torno a la política presupuestal del 2022.
Los proyectos prioritarios son prioritarios.
El centro y sureste del país tienen la mayor parte de los recursos económicos.
Y el resto del país tiene que aguantar la decisión tomada.
El dilema que afronta el frente legislativo zacatecano está en su debilidad de origen.
Me explico.
Al igual que los diputados zacatecanos, otros legisladores crearán bloques muy parecidos para apoyar a las entidades federativas que representan.
Y en el grupo que se anuncia este lunes no hay una sola figura nacional.
Pero, ¿no todos los diputados son iguales?
Bueno… ni los dedos de las manos.
¿Pueden figuras de trascendencia estatal como Noemí Luna y Miguel Torres negociar un mejor presupuesto para la entidad?
¿Pueden figuras regionales como Miguel Varela o Carolina Dávila dar la batalla por el presupuesto?
Es altamente probable que no.
¿Amalia García se unirá al frente? Podría ayudar… pero en su partido tienen prioridades (Nuevo León, nada más).
Fuera de ellos, no hay nadie.
El resto de los diputados federales zacatecanos se encuentran dentro de la esfera del poder del presidente de México.
Obvio, si los diputados zacatecanos -vinculados al frente- logran un mejor presupuesto para Zacatecas, es probable que el estado se los agradezca.
Pero, de no ser así, nadie tendría porque demandarles nada.
Sólo se habrán ubicado en su realidad.
La bendición
1.- El fin de semana fue de Sara Hernández. La presidenta honorífica del SEDIF se atrincheró en Genaro Codina para atender a los damnificados por el desborde de la Presa San Aparicio. Incluso, quedó en medio de una crecida del río San Pedro sin que pasara a mayores. Bastó una semana para que todos se olvidaran de Cristina.
2.- Nuevamente el SUTSEMOP sale a la calle a demandar el pago de sus salarios. Continúan tocando la puerta equivocada pero es la medida de la capacidad del sindicato para responderle a sus afiliados.