Si el debate que se vivió ayer en la Legislatura local va a ser el tenor los siguientes tres años, sólo queda agradecer.
Los últimos representantes populares (por llamarles de alguna manera) demostraron lo que NO debe ser un Poder Legislativo.
Me explico.
En una democracia representativa, la legislatura tiene que ser el espacio deliberativo donde las diferencias se resuelven a través del diálogo.
Pero antes, esas diferencias se expresan.
Y para ello se utilizan todos los tonos.
Pero desde la 60 legislatura -allá por el año 2010- el Poder Legislativo entró en un marasmo impresionante.
Las razones pueden ser muchas.
Una de ellas puede estar vinculada a la tradición priista de la genuflexión.
En el pasado, cuando el PRI era el todopoderoso partido en México, los diputados fungían como empleados del gobernador.
Negarlo es negar la historia.
Y la tradición -casi genética- de la genuflexión, se apoderó de los legisladores zacatecanos “de oposición” al triunfo de ese partido en 2010.
Y el debate en el Poder Legislativo se convirtió en una mala escenificación dominada por el PRI y sus aliados (algunos de ellos, hoy leales diputados de la 4T).
Quizá es prematuro afirmar que esta legislatura tendrá mayor dinámica y el debate será la cotidianidad.
Pero siempre es buena noticia ver que los legisladores tienen ideas propias y están dispuestos a debatir sobre ellas.
La Bendición
1.- Este miércoles toman protesta los alcaldes que obtuvieron el triunfo el pasado 6 de junio. No será un reto fácil. En algunos casos encontrarán unos zapatos muy grandes que llenar: los de sus antecesores. Otros, fueron ya calificados en la jornada electoral y aunque aprobaron, la calificación apenas alcanzó.
2.- La fracción parlamentaria del PT en la legislatura local revivió la propuesta de matrimonio igualitario. En 2017, el petista Samuel Reveles Carrillo presentó una iniciativa sobre el tema. Dados los tiempos conservadores que se vivían en ese momento, la propuesta no prosperó. Ahora el PT festeja una victoria pírrica. Mejor esperar a que la mayoría de los diputados la aprueben. La sola iniciativa no es ley. Quizá un curso introductorio a la labor legislativa les ayudaría.
3.- Me uno a los parabienes que han expresado a Gerardo Flores por su nombramiento como Coordinador de Comunicación Social. De él se han expresado a favor y en contra davifílicos y davifóbicos. No es una encomienda fácil y menor. Bienvenido al mundo de la institucionalidad.