Como sabemos ya todos fans de este producto de paga, les traemos la mejor selección de este canal.
Lilyhammer
No muchos le dieron una chance a este show, que casualmente fue la primera serie original de la cadena, pero si quieren “prenderse” ahora, encontrarán que es una comedia sobre mafiosos bastante peculiar, con tintes dramáticos y el añadido de conflictos culturales con la pequeña ciudad europea que justamente viene a estar afectada por la llegada de Tagliano (Steven Van Zandt), un capo de la mafia que viene escapando de sus viejos “amigos”.
Orange Is the New Black
Si bien la primera temporada prometió muchísimo y capturó a una enorme cantidad de fanáticos, hay que admitir que la calidad declinó bastante en la segunda temporada. Sin embargo, aún le tenemos mucho cariño a esos personajes únicos en su clase, quienes además nos enseñaron a no ser prejuiciosos, y que las prisiones no están repletas de personas peligrosas dispuestas a hacerte daño a la primera ofensa.
Marvel’s Daredevil
Esta serie finalmente hizo lo que muchos querían: representar la adaptación de un cómic que finalmente captura el espíritu de los cómics. Ni muy oscura ni muy kitsch, esta serie nos hizo olvidar rápidamente de la terrible película de 2003, y creó una mitología de primera que aprovecha el formato de binge-watching a lo grande. Habrá que ver si puede mantener esta vibra a lo largo de su duración, pero por el momento le tenemos fe.
House of Cards
Aunque le teníamos muchísima fe a esta serie en sus comienzos, no se puede negar que en estas últimas temporadas, particularmente la tercera, el show ha estado renegando las cualidades que lo hicieron tan popular en un inicio para centrarse únicamente en temas bastante engorrosos que no están hechos para mirar en seguidilla (sin quedarse dormido el espectador, al menos). Frank (Kevin Spacey) sigue siendo un personaje imparable que redime al show de muchos errores.
BoJack Horseman
Si bien no está hecha para el típico espectador que espera cosas “infantiles” de los dibujos animados, esta serie es un retrato de lo más extravagante, pero también adecuado, con respecto a la vida de un actor pasado de moda, sin pretensiones pero sí muchísimo sarcasmo. Si a eso le agregamos las múltiples referencias a la cultura pop que entremezcla en su trama, el show es un tesoro que muchos no pueden disfrutar por sus propios prejuicios.