El primer factor de riesgo que tienen las mujeres para desarrollar cáncer de mama se encuentra dentro de su cuerpo: los estrógenos, la hormona femenina fundamental.
Cuando comienza la menstruación, comienza a producir estrógenos los ovarios hasta los 50 años aproximadamente en que se da la menopausia.
El tejido mamario tiene receptores de estrógeno, por lo que esas hormonas en contacto con el tejido lo estimulan para que empiece a crecer de manera desordenada lo que genera hiperplasia.
De acuerdo con Abel Zapata Ibarra, Subdirector de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud (SSZ), el cáncer es la alteración de la estructura de las células, que sufren mutaciones y se multiplican, propiciando el tumor del cáncer.
Además del factor estrogénico, las mujeres pueden desarrollar cáncer de mama por diversos motivos entre los cuales se encuentra la genética; si existen antecedentes familiares cáncer es altamente probable que la mujer presente esta enfermedad.
La menstruación prematura también es un factor de riesgo para contraer cáncer de mama.
Si la mujer inicia su vida fértil antes de los 11 años, conlleva a que sus glándulas mamarias están expuestas por un largo periodo de tiempo a la acción estimulante de los estrógenos.
A estos motores de riesgo se añade la esterilidad o el no tener hijos; esto, porque durante el embarazo se produce progesterona que se identifica como un “impermeable” que protege al tejido mamario de la estimulación de los estrógenos.
Así, si una mujer es estéril o no se embaraza, no obtendrá progesterona y se eleva el riesgo de contraer cáncer.
También los embarazos a edad no adecuada son un factor que puede provocar cáncer de mama; hay mujeres que deciden embarazarse más allá de los 30 años por razones profesionales o de educación.
Esta decisión puede ser contraproducente ya que, al diferir la maternidad hasta a los 35 años, es un factor de riesgo por los cambios hormonales que se producen en el cuerpo antes de entrar en la etapa de la menopausia.
La utilización de hormonas sustitutivas recetadas para bajar el nivel de malestar durante la menopausia es un factor extra así como la obesidad y el sedentarismo.
De hecho, pareciera que esto no tiene nada que ver pero, al aumentar el tejido graso, es un resguardo para los estrógenos y por consecuencia se ve afectado el tejido mamario.
La adicción al tabaco y al alcohol son factores extras.
En el caso del tabaquismo, la mujer no sólo corre el riesgo de padecer cáncer de mama, sino en cualquier otro órgano vital del cuerpo por la ingesta del alquitrán del tabaco; en tanto, el alcoholismo impide al hígado metabolizar los estrógenos y cuando se entorpece este proceso boioquímico, aumentan los estrógenos circulantes en el cuerpo y por ende hay mayor estimulación al tejido mamario.