Si has sobrevivido a la primera semana quiere decir que ya te diste cuenta que no estas en tu casa, ahora aprenderás lo básico de la convivencia.
Si eres de los que vive en una casa (o peor un departamento) compartida, toma en cuenta las siguientes reglas, para que no te veas en la penosa situación del desalojo.
El respeto al sueño ajeno es la paz
Seamos honestos, al único que le gusta la fiesta a las 3 de la mañana, entre semana es al que la lleva. Si no quieres tener problemas con tus roomies, deja la pachanga fuera de la casa.
Ya comiste, ya usaste, ¿ya lavaste?
Si en tu casa tenías quien te limpiara hasta el suelo por el que pasabas, ¿qué crees?, aquí no. Aquí el que ensucia, limpia, el que rompe paga y el usa, guarda. Así, todos por igual.
El orden de los factores si altera el producto… y a tu roomie
Normalmente en las casas compartidas se lleva un rol, ya sea de aseo, de compras o el pago de recibos. Las responsabilidades se dividen entre todos los integrantes de la casa. No trates de ocultar con ambientador el chiquero que es, no vas a aprender a hacer fotosíntesis y las empresas de servicios no te van a aceptar tus justificantes por retraso.
Ni tanto que queme al santo…
Si te vas a vivir con uno de tus amigos prepárate, no es lo mismo pasar 8 horas en la escuela con alguien, que todo el día. No se trata de estar todo el día pegados, pero tampoco fingir demencia e ignorarse mutuamente. Encuentra el balance entre la privacidad y la convivencia.
Es probete no jambete
Hay roomies que son muy bondadosos con su estomago y tienden a comerse hasta las rejillas del refrigerador, no seas uno de ellos. Esta chido a veces compartir pero no tomes comida que no te pertenece sin antes avisar.