Y casi a la medianoche (como quien quiere esconder algo) los dirigentes del PRI y del PVEM llegaron a las instalaciones del IEEZ a registrar su coalición.
Una coalición que, a diferencia de lo que sucederá a nivel federal, no contará con el Partido Nueva Alianza.
La ausencia de los turquesas fue notoria el pasado martes, cuando José Antonio Meade visitó a la militancia de los partidos que lo postulan como PreCandidato (un eufemismo que les funciona a la partidocracia para llenarnos de spots sin mensaje. Sin idea).
Estaban pero como si no estuvieran… porque, en esencia, no estarían.
Y además de la ausencia de los turquesas en la coalición, la parcialidad de la misma mueve a sospecha.
PRI y PVEM van juntos en cinco de los 18 distritos: el 1 y 2 de Zacatecas, el 3 de Guadalupe, el 5 de Fresnillo y el 8 de Ojocaliente.
¿Parece que llevan dedicatoria el resto de los distritos?
Forma es fondo.
Pero si en la Coalición por Zacatecas parece extraño lo que sucede, en Juntos Haremos Historia la situación podría parecer más compleja.
De los 58 municipios que conforman la entidad, van coaligados en 56 o sea que en Joaquín Amaro y en Mezquital del Oro veremos candidatos de los 3 partidos políticos.
Pero… a pesar de que existe definición en la postulación de candidatos a diputados locales en la capital del estado (el 1 será para el Movimiento y el 2 para Encuentro Social), la coalición parece no definir de que partido será el candidato a alcalde.
Eso si, en su debut como dirigente estatal, el CEO del PES atesoró para sí Atolinga.
Quizá por mero sentimentalismo o quizá porque, ante su primera experiencia como dirigente partidista, quiere dejar en claro quien es el hombre fuerte ahí.
Porque la rebeldía parece la costumbre en la alineación que conformó.
La bendición
Parece que José Bonilla Robles se convertirá en pieza clave durante la elección de candidatos en el PRI. Y no sería raro (nada raro) que abogue por su hijo.