Patricia tiene fractura en el coxis desde hace dos años.
Sin embargo, desde hace mes y medio practica CrossFit, 5 horas a la semana.
“Un pantalón en el que no entraba, ahora me queda bien”.
Este programa de entrenamiento conjuga fuerza y acondicionamiento físico total y se basa en el incremento de las diez capacidades físicas más reconocidas por los especialistas en el entrenamiento deportivo con pesas; esto hace que pueda ser practicado casi por cualquier persona.
Pero especialistas en nutrición y entrenadores coinciden: el crossfit puede ser adictivo.
Hace dos años, Patricia se cayó de las escaleras y se fracturó ese hueso; los médicos le advirtieron que el único ejercicio que podría practicar era la natación; cerca de su casa se instaló un centro de crossfit y decidió probar suerte.
Fabián Aguilera Dávila, licenciado en Educación Física e instructor en uno de los seis centros de entrenamiento ubicados en la zona conurbada, relata que las personas que practican esta disciplina oscilan entre los 20 y los 40 años.
Con dos años de experiencia, el rehabilitador físico y entrenador nivel 1 en CrossFit, asegura que para practicarlo sólo son necesarias las ganas; en su establecimiento entrenan personas que padecen enfermedades como Parkinson y –según él- hasta hoy no han tenido problemas.
“Dependiendo de las características del deportista (lesiones o enfermedades) se pueden modificar los entrenamientos para evitar daños posteriores”, asegura.
De hecho, Patricia se lesionó el tendón de la rodilla, pero reconoce que fue no hacer bien el ejercicio.
Aguilera Dávila advierte que estos riesgos son –normalmente- por no calentar bien o no seguir las instrucciones.
Rafael Valadez, especialista en nutrición y deportes, especifica que las personas que no deberían ingresar a este tipo de entrenamiento son aquellas que tienen patologías a nivel cardíaco, pulmonar, renal y –obviamente- mujeres embarazadas.
La energía que se consume por las rutinas del CrossFit –entre 700 a mil 500 calorías– se debe compensar con las 5 comidas diarias aproximadas dependiendo del caso, «ningún suplemento va a sustituir a la alimentación. Se puede hacer licuados con suero de leche o algún ganador de peso para complementar la dieta”.
Sin embargo, si no se alimentan correctamente, tendrán una descompensación o pueden llegar a contraer anemia; por eso es necesario asesorarse correctamente.
Pero en algo coinciden el entrenador y el especialista: puede ser adictivo.
“Ya cuando entras aquí, te haces adicto y quieres mejorar tus levantamientos y tu gimnasia y una hora al día de entrenamiento ya no es suficiente”, reconoce Aguilera Dávila.
Para ello, Valadez precisa que el sobre entrenamiento puede ser contraproducente, pues el descanso también es vital para obtener los resultados que se buscan al practicar este deporte de alto impacto.
En mes y medio, Patricia ha logrado bajar de peso ya que, después de la lesión, su peso era algo muy difícil de cuidar al no realizar actividad física deportiva.
Ahora, hasta su cuerpo se está «marcando»
A. Encina/ P. Ramírez
