El 12 de mayo de 1990, el Papa Juan Pablo II piso suelo zacatecano y oficio una misa en Lomas de Bracho.
Las crónicas de la época hablan de más de medio millón de personas reunidas en la cañada aledaña al Cerro de la Bufa.
En esta foto, tomada por Bernardo del Hoyo Calzada y publicada en el blog Historia de la Diócesis de Zacatecas, se observa como miles de personas se reunieron en ese punto de la ciudad.
Juan Pablo II visitó la ciudad en el marco de su segundo viaje apostólico a México.
Uno que lo llevó a recorrer la geografía nacional a lo largo y ancho.
La gira en México
El periplo inició el 6 de mayo en la Basílica de Guadalupe, donde beatificó a Juan Diego.
Al día siguiente se reunió con más de un millón de fieles de la Diócesis de Nezahualcóyotl en la explana de Xico, en el municipio de Chalco.
Horas después, oficio una misa en el Malecón de Veracruz.
El día 8 de mayo saludo a la población de la Diócesis de Aguascalientes para, desde ahí, trasladarse a San Juan de los Lagos donde oficio una misa en la explana de El Rosario.
Ese mismo día regresó a la ciudad de México donde se reunió con representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en el país.
Posteriormente recibió a los representantes de la Diócesis de Cuernavaca.
El día 9 se reunió con los representantes de las iglesias cristiana no católicas y de la comunidad judía.
Ese mismo día viajó a Durango donde saludó a los detenidos del Centro de Readaptación Social de ese estado para después reunirse con empresarios en el teatro Ricardo Castro. de la capital.
Horas después oficio una misa y ordenó sacerdotes en la Catedral de la Inmaculada.
El día 10 se reunió con familas en Chihuahua para posteriormente viajar a Monterrey, donde ofició una misa para el mundo del trabajo.
El día 11 viajó a Chiapas donde oró en la Catedral de Tuxtla Gutiérrez para posteriormente ofrecer una misa en la colonia Patria Nueva, de ese municipio.
Ese mismo día se traslado a Villahermosa donde celebró una misa para los fieles de la Diócesis de Tabasco.
El día 12, después de recorrer todo el país, Juan Pablo II visitó Zacatecas, donde ofreció una misa por los campesinos, los mineros y los migrantes.
Fue el último punto de un viaje de 6 días.
El mensaje
En Bracho, Juan Pablo II le habló a los campesinos y a los mineros.
En la homilia dijo que los campesino cumplen el mandato de cultivar la tierra para que produzca los alimentos necesarios al sustento de todos.
Añadió que en muchos casos ese trabajo se hace «recibiendo quizás salarios insuficientes, sin la esperanza de conseguir un día un pedazo de tierra en propiedad, con problemas de vivienda, de inseguridad social, preocupados por el porvenir de vuestros hijos».
Además, se refirió a los pequeños propietarios y las dificultades para obtener créditos suficientes con intereses moderados.
«… cuántos riesgos hasta llevar la cosecha a buen término, cuántas dificultades para conseguir una mejor capacitación agrícola!»
El Papa añadió que cuando este panorama se agrava, a los campesinos les «asalta la tentación seductora de marcharse a la ciudad».
«… donde, por desgracia, se verán obligados a aceptar condiciones de vida todavía mas deshumanizantes».
Añadió que «la solución a los nuevos problemas del campo requiere la colaboración solidaria de todos los sectores de la sociedad».
«Hoy el trabajo agrícola está vinculado a la comercialización de los productos, a su adecuada distribución, a los mecanismos económicos y jurídicos que deciden la política comercial a nivel nacional e internacional».
Pero sentenció que no es justo que intereses de grupos, «no tengan en cuenta las exigencias del bien común».
«… ni las necesidades cada día mas insoslayables de los campesinos, y pongan la ganancia a toda costa como única meta a conseguir».
