El poder los hace iguales, dice el refrán popular.
Y los mexicanos lo hemos comprobado.
Durante 80 años los mexicanos vimos como los políticos priistas cometían toda clase de tropelías y creímos que sacándolos del poder, las cosas cambiarían.
Luego llegaron los panistas y las tropelías continuaron.
En 2018, 30 millones de personas votaron por una nueva transición para llevar a morena a encabezar la administración pública federal.
Y cada vez son más los arrepentidos.
Todo esto viene a colación por el mensaje de Mario Delgado, presidente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional.
En Twitter, Delgado escribió:
“En Zacatecas, David Monreal será el encargado de canalizar las fuerzas ciudadanas para defender la 4t”.
Cierto es que el proceso de selección del ex senador petista se encuentra impugnado.
José Narro Céspedes y Luis Medina Lizalde mantienen sendos procesos ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Ellos, buscando el respeto “a la dignidad de la militancia”.
En realidad, buscando una candidatura que los ponga en la boleta y los sume a la historia de Zacatecas.
(ya no hablemos de la posibilidad de ganar. ¡Imagínelos como gobernadores!)
En tanto todo ello sucede, morena se desgasta al interior no sólo en Zacatecas; también a nivel nacional.
Pugas en Guerrero, Colima, Michoacán… la velocidad con la que se desgasta el partido lo pone en la antesala de balcanizarse como lo hizo el PRD.
Ese mismo partido que ahora tanto critican.
Afortunadamente para los perredistas, las prácticas de desgaste que los obradoristas aplicaban en el sol azteca, se las llevaron a morena.
Si morena quiere ganar, requiere que los ciudadanos confíen en su candidato.
Nada más.
Parece que la democracia que llegó cuando ganó la democracia no les gustó.