A 80 kilómetros al norte de la capital del estado se encuentra el monumento que indica la ubicación del Trópico de Cáncer.
Los trópicos son líneas paralelas al Ecuador y se ubican en los 23° 27′ de la línea imaginaria que divide al planeta en dos.
Al sur se encuentra el Trópico de Capricornio.
En el norte se ubica el Trópico de Cáncer.
Estas líneas son imaginarias; el ser humano se ha encargado de «crearlas» para establecer latitudes y, por ende, las dimensiones de los países y los continentes.
Hace 2 mil 300 años, Eratóstenes, director de la Biblioteca de Alejandría, calculó la medida de la circunferencia de la Tierra con una fidelidad extraordinaria.
Hoy sabemos que su margen de error fue de apenas unos 400 kilómetros.
Las mediciones del sabio fueron el primer paso para la confección de unos mapas que mostrasen la superficie de nuestro mundo.
Así, los geografos y astrónomos helenísticos determinaron la forma esférica del planeta.
Asimismo, fijaron las nociones del ecuador, los trópicos y los polos, y dividieron el globo en una retícula formada por líneas verticales (los meridianos) y horizontales (los paralelos).
Así, el Trópico de Cáncer es muy importante para la geografía.
Además de ser el punto más septentrional que muestra directamente los rayos del sol, también tiene la función de marcar el extremo norte de los trópicos.
Por la forma en la que se mueve la tierra sobre su eje, sobre el Trópico de Cáncer el sol llega a posar el cenit una vez al año.
En el Solsticio de junio, que ocurre entre el 22 y el 23, el sol llega de manera vertical sobre el Trópico de Cáncer.
¿Esto que significa?
Que una vez al año, el territorio zacatecano queda de frente al sol, justo en el mes de junio cuando inicia el verano en la parte norte del planeta.
Pero, debido al movimiento del sol, el Trópico de Cáncer se mueve cada año unos 15 metros.
Así, es probable que en algunos años, los trópicos -en ambos lados del planeta- se encuentren en los 23° 26′.
Pero eso no será pronto.